El Hierro es una isla de contrastes, de pequeños rincones con encanto en los que apetece perderse y contemplar la belleza de la naturaleza. La elección de este establecimiento es ideal para desconectar unos dÃas del bullicio diario y la monótona rutina.
Las instalaciones, perfectas para disfrutar de la lectura, una barbacoa y el campo, están perfectamente situadas a escasos minutos de Valverde y Frontera, las ciudades principales de la isla. Además, el camino de acceso es sencillo, está bien señalizado y también asfaltado, lo que no ocurre siempre en las carreteras de la isla del Meridiano. Los coches pequeños no están en peligro.
La Casamera, cuyos dueños nos atendieron con sumo interés y cortesÃa, nos recibieron con panes y dulces, una bandeja de frutas y todo lo necesario para hacer de nuestra estancia un verdadero placer. Además, disponÃamos de una huerta con aguacates, cebollas, mangos, papayas y uvas, entre otras frutas, además de los huevos de gallinas que habÃa en un pequeño corral. Nos invitaron a utilizar lo que quisiéramos.
La casa, en general, está perfectamente limpia. La cocina dispone de todo lo necesario para pasar unos dÃas, la cama de la habitación, que está situada en un altillo, es muy cómoda y el baño está perfectamente equipado y moderno. Creo que esa es una de las claves de su atractivo: la modernidad conjugada con una lÃnea rústica. Si regreso nuevamente a El Hierro, desde luego, repetiré en este magnÃfica casa.